Fue fundada en 1533 y ha sido declarada Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, sin embargo, al igual que la mayoría de las principales ciudades de América Latina, ha carecido de un marco urbano claro para orientar su planificación y expansión. Los principales impulsores para el desarrollo urbano de la ciudad han sido su puerto industrial y la máxima rentabilidad de las operaciones inmobiliarias privadas. El resultado es una ciudad construida por parcelas, insuficientemente conectadas y escasamente relacionadas con su entorno natural.
Adicionalmente, Cartagena ha sido mal administrada. Paradójicamente, el área portuaria de Cartagena maneja el 60% del comercio marítimo del país, más de 2.500 industrias que representan el 6% del PIB nacional. Esto, unido al aumento de inversiones en el sector turístico, consolida suposición como una de las ciudades colombianas con mayor proyección internacional.