Siglos atrás, en la isla de Manzanillo y en Castillo Grande, se situaban dos fuertes navales. Su estratégica ubicación hacia posible la defensa de la ciudad.
El panorama ha cambiado. Las grúas y los rascacielos invaden el paisaje. La escala ha crecido. Cartagena necesita una entrada imponente, capaz de servir como soporte infraestructural al crecimiento de la industria marítima, capaz de delimitar sus bordes, capaz de ser habitada.
Autoevaluación
A pesar de que este proyecto esté fuera de escala, dadas sus inmensas medidas, el ejercicio fue una exploración que buscaba dar respuesta al abrupto crecimiento del turismo que invadirá Cartagena en los próximos años. En términos técnicos el proyecto está lleno de problemas y complicaciones, sin embargo, no resultaba ser un componente que debía estar desarrollado, dado el tiempo que se tenía.
Conclusión
Varios arquitectos han tenido como ejercicios proyectos de escalas gigantes, que desde un principio, no se pensaron para ser construidos. Lo importante de estos trabajos es dejar en la cabeza algún tipo de inquietud que poco a poco va a manifestarse en los próximos proyectos.
La libertad que otorgaba la última semana del taller permitió entender y abordar la arquitectura desde una perspectiva diferente, la cual enriquece los conocimientos aprendidos. Sin lugar a dudas, el conocimiento clave fue el manejo de escalas, las cuales el arquitecto debe ser capaz de manipular para constatar la efectividad de su proyecto.
Puerto Vertical de Cartagena, habitando el límite